Verano de 2005. Mientras Daddy Yankee y Estopa suenan en todas las emisoras, María, Ester y Violeta pasan otro verano más en el camping, matando el tiempo entre la Súper Pop, Calippos de fresa y el cloro de la piscina. El incipiente interés que ejercen sobre ellas los chicos deja a María completamente obsesionada con Rubén, pero cuando este y su pandilla humillan a las chicas, en su interior florece un instinto hasta ahora desconocido que marcará sus vidas para siempre.